Javier Enrique Osorio Orellana
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namasté!!!
Veo en tu mirada que ya te vas.
Comprendiendo tu tránsito, no me apeno,
pero me emociona tu partida,
aquella distancia que, implacable,
te lleva la vida silenciando tu respirar.
De seguro ya se escucha tu voz en otro lugar,
tu sonrisa de niño, tu picardía.
Se han callado los cajones de acusar tu presencia
en donde ahora duerme lo que habrás de dejar.
Vuela liviano mi hermano abuelo,
descansa tranquilo tus pies cansados.
Deja que te abrace el cielo con su bendito manto
hasta que de nuevo el Sol te convide a acurrucarte en su regazo.
Que tengas buen viaje querido abuelito, te reciben los ángeles con sus bellas alas desplegadas, sus sonrisas dulces reflejadas en sus ojos y sus brazos abiertos para cobijarte , reconoces el camino…re-re- vuelves con el Padre.
Susu