Si la flor no se atreviera a abrirse al sol
al paisaje le negaría su espectáculo de color y aroma.
Si el ave no se atreviera a cantar
nuestros oídos llorarían la ausencia de su trinar en las mañanas.
Si el río se intimidara al avanzar
nadie podría recorrer de vida sus distancias.
Si el Sol no hiciera más de amanecer
ninguna sería la luz que le pudiera suplantar.
De cada uno de nosotros la vida reclama no perderse nada,
y aunque el frío queme, la flor nace en primavera
y los pájaros trinan sin dudar.
El hielo se desvanece en torrentes de agua vida
y el Sol, luego de cada oscura noche,
se levanta sobre el alto cielo, con su majestuosa presencia.
no pierdas tu oportunidad