En el mitote – junta de brujos  – los magos se reconocen, los hermanos y hermanas comparten la mirada cariñosamente al saberse siempre bienvenidos. Al reconocer en aquellos el más alto propósito de Amor, en donde la conciencia puede integrar las dualidades opuestas, al saberlas complementarias. Aprenden sin codicia en sus corazones a practicar la magia de sus dones, herencia de su linaje divino cocreador. Se animan las desesperanzas a continuar por la Senda, reconociendo en la huella del Camino con Corazón un pazseo alentador por su amabilidad. Es el lugar para resolver los entuertos, los líos que, incluso con buenos motivos, se creó la razón. El baile en el salón de los fieles espejos de todo aventurero de las sendas del conocimiento. Amables participes del misterio. amos del tiempo, artistas en toda su manifestación. Practicantes del Conocimiento, procuradores y guardianes del Cielo.
Se cantan las gratitudes, se bailan las alegrías.
Se saca lustre a las estrellas para encantar los desencantos.
Se recuerdan la historia eterna, se sonríe como niños al sanarse los miedos.
Se es por lo que se Es y no por lo que pareciera ser.
En el mitote nos sabemos hermanos y amados por el Gran Espíritu que nos ha creado.
El mitote es aquel lugar que, teniendo la puerta abierta, pocos logran entrar,
porque se lo hace en Silencio y en Soledad (Práctica que nos revela nuestra Edad Solar: Soledad (Valor por el Espacio y Tiempo Personal), Silencio, Recordar o Recapitular (pasar por el corazón), Liberar, Afinar el Intento, Ser).