El sol brilla tras el gris cemento
Sin decoro, las sombras decoran la ciudad
Incautos socios del destino incierto
Carente de humanidad.
La conciencia es frágil detractora
Velando por no temer, penar y odiar más
Cargando ajeno peso a las espaldas
Conformidad disfrazada de felicidad
Nadie quiere temer, nadie quiere sufrir
Nadie, en su sano juicio, se quisiera resignar
El tiempo pasa con total tranquilidad
Pasmados tras lánguidas ventanas le vemos pasar
La excusa es siempre bienvenida
Valor, coraje, Amor…. Ausentes, sueños y locuras
Cuando la tristeza se hace compañera
Fácil se hace silenciar al corazón
Cantando se alejan las penas
La risa espanta lejos el dolor
La intuición es buena compañera
Cuando ciego es el paso de la razón.