No habrá Orden bajo las leyes del hombre.
No puede pues es contrario en esencia,
pues su ley es disarmónica
cuando sólo responde a la arbitrariedad de intereses del Ego
antes que a cualquier referente de Orden real.
Obsérvese.
Consumimos más de lo que necesitamos.
Contaminamos más de lo que respetamos la belleza natural de nuestros paisajes.
Hablamos de amor mientras arrancamos con el miedo.
Logramos desconocer nuestra naturaleza original con el brillo muerto de la tecnología o cachibaches verdaderamente innecesarios.
Logramos temer y arrancar de lo simple para arrebatarnos y atiborrarnos de excesos.
Y los pulsos del corazón y los pensamientos
van más rápido que tu conciencia y que tu presencia.
Sea el Orden Natural en todas nuestras relaciones
y en comprensión de sus leyes y principios manifiestos
sea integrada nuevaMENTE nuestra participación sincrónica
y elevada nuestra cosmovivencia a su justa correspondencia.
La Vida no espera… nada espera
¿Y tú?