TERRA… sólo un juego de palabras

terrorismo histórico

Terra (latín): tierra, elemento constitutivo del suelo natural y nombre propio dado a nuestro planeta.
Terra Mater: Madre Tierra
Subterra: espacio bajo la superficie terrestre
Terrateniente: que tiene tierra
Coterráneo: que es de la misma tierra, que la comparte
Aterra: sin tierra
Aterrar: acto de quitar la tierra
Aterrado: aquel que es despojado de la tierra
Terrestre: perteneciente o relativo a la tierra
Extraterrestre: ajeno a la tierra

Terrorista: quien quita las tierras para hacer usufructo de ella a partir del oro (terr-orista), siendo el terror es una secuela dolorosa dado el horror con que nuestros errores se conducen en esta tierra.

Pese a que juego, también develo a través de ello el conflicto histórico de nuestra humanidad y su convivencia planetaria. La constante, el conflicto por tierra y el estado de supremacía de unos sobre otros a partir de su posesión y la ambición de ella a partir del provecho económico que le valora y en que se ha justificado tanta sangre derramada siempre por el beneficio de unos pocos y en maleficio de las mayorías. El terrateniente tantas veces cómodo ignora desde su egótico bienEstar el malEstar de otros. Aún se quitan tierras por medio de las armas, cualesquiera estas sean, así lo son también el complejo sistema de leyes que permiten tomar ventaja sobre aquellos malamente representados ante un sistema ajeno y que tantas veces han confiado su palabra creyendo que su contraparte juega igual de limpio que ellos.

Me celebro indígena, originario de este lugar, la Tierra.
(las sincronías ponen en mis palabras aquello con que el coterráneo Eric dio pistas pal juego)

los caminos del conocimiento

conocimiento

Es enfermo sistematizar la instrucción para instrumentalizar a los Seres.
Conocer es un acto de inmenso Amor.
Mostrar inquietud por el infinito misterio que nos rodea,
siendo condición natural nuestra curiosidad para mantenernos en el juego.

Cada corazón reconoce cuando su palpito le confirma la buena experiencia,
que indefectiblemente le procura conocimiento.

Conocer es un acto de humildad; es integrarse, es participar atentamente,
con gusto, en disfrute, por Amor, sin pretensiones mezquinas.

Comprender es armonizarse con la Verdad.
El conocimiento vence la ignorancia, aunque el ignorante no se quiera convencer.

El Amor es el método del verdadero conocimiento.
Es un relacionarse libreMENTE  con la experiencia presente.

Conocer es el empoderarse de la oportunidad de Vivir el momento presente por el gozo de sentirse vivo en conciencia de que la existencia es nuestra aventura en el insondable  misterio en el que participamos desde nuestra exquisita capacidad perceptora.

el Silencio habla

Visto en el blog de mi amiga Susu

silencio

Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.

Tu sentido más interno de ti mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud. Ése es el Yo Soy que es más profundo que el nombre y la forma.

La quietud es tu naturaleza esencial. ¿Qué es la quietud? El espacio interno o conciencia en el que las palabras de esta página son percibidas y se convierten en pensamientos. Sin esa conciencia, no habría percepción, ni pensamientos, ni mundo.

Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona.

El equivalente del ruido externo es el ruido interno del pensamiento. El equivalente del silencio externo es la quietud interna.

Cuando quiera que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de ti, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.

Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas.

Cuando te das cuenta del silencio, se produce inmediatamente ese estado de serena alerta interna. Estás presente. Has salido de miles de años de condicionamiento colectivo humano.

Mira un árbol, una flor, una planta. Deja que tu conciencia descanse en ellos. ¡Qué quietud manifiestan, qué profundamente enraizados están en el Ser! Permite que la naturaleza te enseñe la quietud.

Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas. Conectas con él a un nivel muy profundo. Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la quietud. Sentir tu unidad de ti mismo con todas las cosas es verdadero amor.

El silencio ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud. Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el que surge el ruido. Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.

Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental. Siendo consciente de la conciencia surge la quietud interna.

Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio. ¿Cómo? Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como es; esa aceptación también te lleva al reino de paz interna que es quietud.

Cuando aceptas profundamente este momento tal como es —tome la forma que tome—, estás sereno, estás en paz.

Presta atención a la pausa: la pausa entre dos pensamientos, al breve y silencioso espacio entre las palabras de una conversación, entre las notas de un piano o de una flauta, o al breve descanso entre la inspiración y la espiración.

Cuando prestas atención a esas pausas, la conciencia de «algo» se convierte simplemente en conciencia. Surge de dentro de ti la dimensión informe de pura conciencia y reemplaza la identificación con la forma.

La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas.

¿Es la quietud tan sólo ausencia de ruido y contenido? No; es la inteligencia misma: la conciencia subyacente de la que nace toda forma. ¿Y cómo podría eso estar separado de quien tú eres?

De allí salió la forma que crees ser, y lo que la sustenta.

Es la esencia de todas las galaxias y de las hojas de hierba; de todas las flores, árboles, pájaros, y de todas las demás formas.

La quietud es la única cosa de este mundo que no tiene forma. Pero en realidad no es una cosa, y tampoco es de este mundo.

Cuando miras un árbol o un ser humano desde la quietud, ¿quién está mirando? Algo más profundo que la persona. La conciencia está mirando a su creación.

En la Biblia se dice que Dios creó el mundo y vio que era bueno. Eso es lo que ves cuando miras sin pensamiento, desde la quietud.

¿Necesitas más conocimiento? ¿Crees que más información, u ordenadores más rápidos, o más análisis científicos e intelectuales van a salvar al mundo? ¿No es sabiduría lo que más necesita la humanidad en estos momentos?

Pero ¿qué es la sabiduría? ¿Dónde se encuentra? La sabiduría viene cuando uno es capaz de aquietarse. Sólo mira, sólo escucha. No hace falta nada más. Aquietarse, mirar y escuchar activa la inteligencia no conceptual que anida dentro de ti. Deja que la quietud dirija tus palabras y tus acciones.

Título Original: “Stillnes Speaks”
2003, Eckhart Tolle

tres consejos

nahuatl

«He aquí lo que debes seguir y compartir: solo tres consejos deseo encomendarte. El primero es que procures ser amigo de Aquel que está en todas partes y en todos los cuerpos. El segundo, que tengas paz con todos los seres. El tercero, que no pierdas el tiempo que se te ha concedido en este mundo; ocúpate en lo bueno de día y de noche. Haz en adelante lo que bien te parezca. Toda persona que se atenga a su propia conciencia, allegará para sí lo excelente y conquistará la vida.»

(Huehuetlahtolli, «antiguas palabras», texto tradicional nahuatl)