sobre las posesiones

Uno en Todo

Poseer cosas es muy importante en la vida de la gente blanca. Desde el principio te dicen: «Esto es mío, esto es tuyo», «No toques eso porque no es tuyo». Te dicen que te alejes de las cosas por la posesión, y no por respeto.

En los días de antes, nosotros nunca teníamos cerraduras en nuestras puertas. No existía el robo, pero si alguien tenía hambre, podía entrar a tu casa y tomar comida. ¿Porqué la gente no tomaba las cosas? Por respeto.

Tú rodeas tu patio con rejas y pagas buen dinero a quien mida el terreno para ver si la reja del vecino está una pulgada demasiado cerca de tu casa. No regalas nada a menos que recibas algo a cambio. Todo es económico. ¡Con razón la gente blanca necesita casas tan grandes! No son para habitarlas, sino para almacenar cosas.

Nosotros creíamos que todo era un regalo, y que un buen hombre o una mujer buena compartían esos regalos. La gente buena pensaba que debían dar, y no que debían recibir. No medíamos a la gente como rica o pobre. ¡No sabíamos cómo! Cuando los tiempos eran buenos, todos éramos ricos. Cuando los tiempos eran malos, todos éramos pobres. Medíamos a la gente por cómo compartían.

Las cosas son importantes cuando las necesitamos. Si no las necesitamos, no son importantes. Nuestros ancestros creían que tú eras dueño de algo sólo mientras lo necesitaras. Luego se lo pasabas a alguien más. En nuestra forma de vida, todo tenía su uso y luego regresaba a la tierra. Teníamos tazas y platos de madera, o cosas hechas de barro. Cabalgábamos o caminábamos. Hacíamos cosas de las cosas de la tierra. Después, cuando ya no las necesitábamos, las quemábamos o las dejábamos, y regresaban a la tierra. Ahora ya no podemos hacer eso. Ahora las cosas ya no regresan a la tierra.

Extractos del libro «Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an Indian Elder»
(«Ni Lobo ni Perro. Por Senderos Olvidados con un Anciano Indio»)
de Kent Nerburn
New World Library, 1994

desvelos

wonder - alex grey
El Maya… más allá del velo
lo que Es debes procurar conocerlo al experimentarlo,
no tiene cuento que te lo cuenten
para correr el velo de nuestra falsa percepción de realidad…
buenos son los desVELOS
la noche es sabia
devela tu Luz en la oscuridad

salta fuera del tiempo industrial

el corazón en todo

ver con el corazón

En acarrear el pasado demoraste el hoy.
En temerle al futuro, postergaste el Ahora.

Haz tuyo el tiempo, cada momento.
No dejes de proyectar tu personal intento.
Disuelve las trampas con Amor.
No eres presa de nada, a menos que lo permitas.
No eres víctima, eres Emperador en tus dominios,
a eso, y no a menos, has venido.
Dominio de Amor, de Paz, de Alegría.
Trabaja para la Luz.
Reconócete en ella,
lo demás es sólo un sueño ajeno.
No creas en la ilusión.
Pon el corazón en todo.

¿tiene corazón este camino?

Fragmento de «Las enseñanza de Don Juan» de Carlos Castaneda

camino-con-corazon

– […] ¿Hay alguna manera especial de evitar el dolor?
– Si, hay una manera.
– ¿Es una fórmula, o un procedimiento, o qué?
– Es una manera de agarrarse a las cosas. Por ejemplo, cuando yo estaba aprendiendo sobre la yerba del diablo, era demasiado ansioso. Me agarraba a las cosas de la misma manera que los niños agarran dulces. La yerba del diablo es sólo un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo. Mi benefactor me habló de ella una vez cuando yo era joven, y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la entendiera. Ahora sí la entiendo. Te diré cuál es: ¿tiene corazón este camino?.

Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor. ¿Tiene corazón este camino?

Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir la vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.

Don Juan Matus