suspiro

voz interior
Rompe la boca
con el habla del corazón.
Silencia tus lágrimas,
atrápate en la Paz.
Toca lo sutil en todo,
permítete el tiempo del Ahora.
Sé pleno, porque nada importa
y todo tiene su Valor.
No te midas desde afuera
pero reconócete en las armonías.
Déjate estremecer por tus suspiros
y respira del buen aire de tus buenos sueños.
Concédete el acierto de conocer
el Espacio Sagrado que habita en ti.

Paz a todos los seres

Somos Uno


Prende tu antorcha hermano/hermana
señálate, identifícate
Somos en la Luz,
la gran red que emerge
reconociendo la Unidad
Somos Todos Uno
Es tiempo de comulgar
tiempo de Despertar

vivir como los pájaros

Del libro Así Hablaba Quetzacoatl, Caitl Acotl

El tianguis de Tula tiene lugar cada pocos días y se extiende más allá de la plaza, siendo muchas las gentes que vienen de todo el valle del mezquital e incluso de lugares lejanos.
Quetzacóatl había ido aquella mañana al tianguis con los que le seguían, y viendo como unas palomas arrullaban nerviosas buscando la salida de la jaula donde estaba presas, les dijo:
Miren cómo el hombre, prisionero de sus ideas y principios, no permite que otros seres sean libres y también los esclaviza.
¿Qué culpa tienen los pájaros del cielo o los peces del agua o los animales que pueblan la tierra de no tener en el hombre a un rey, sino a un tirano?
A estas palomas podríamos darles la libertad comprándolas. Pero ¿cómo podríamos comprar la libertad de un comerciante avaro? ¿Acaso no se la aumentaríamos todavía más? ¡Cuántos hay que no dan de comer, ni comen! ¡Y cuántos que lo hacen de noche, para que el día no vea su abundancia!
Y uno de sus hermanos le dijo; Quetza, ¿Cómo es posible que tomemos lo que es de todos y lo vendamos?
Aunque los Cielos dejen hacer esto a los hombres, de verdad te digo que el que vende acaba siendo vendido, y el que compra termina por vender. Sólo aquellos que viven como pájaros, no entran en el comercio, ni se ensucian con él.