el privilegio

mariposa

Nada mejor, todo bueno.
Tropiezo al juzgar el intento.
Luego voy ligero cuando me desprendo de aquellas ajenas prendas.
Yo Soy lo bueno que quiero ser, pues me permito componer con sentimiento.

Silencio el divagar confuso, procurando arremeter la vida con encanto.
Ambiciono malabares de alegría,
no me aseguro en mezquindad el destino.
Cobro constante derecho a vida, el gusto por gozar del privilegio.

Pierdo la vergüenza,
mi vanidad no es con lo humano comedida
Mi reflejo quiere ser cielo,
a él me debo.

disuelto en la totalidad

abismo

Mis ojos quieren ver siempre más allá.
De la densa fachada, su esencia sutil y efímera.
De la forma su contenido trascendental.
En la nada el Todo.

Mis ojos quieren ver aquello que yace oculto en el velo de la normalidad.
Quiero ver, oír y palpar aquello que sabe a divinidad
y que me sabe a mi dentro del misterio.

Tengo labios que pronuncian el mantra sagrado y no es suficiente.
Oídos que escuchan la Palabra y aún no basta.
Ojos que han visto la magia y así y todo, no alcanza.

Un alma que se disuelve en la totalidad contenedora,
integrándose plácida a la amorosa existencia,
y así, armoniosamente descansa.

respira

Deep Breath

Quédate aquí ahora, un rato.
Este instante reclama tu presencia.

Mantén los pies en la tierra y la mente en tu estrella,
no pierdas tiempo en apurar los pasos.

Con paciente calma se avanza más que cuando se fuerza el tranco.
Cada cosa a su momento, ahora es aquí tu presencia.

Deja al pasado descansar sus horas,
ya viene lo que te toca, ya solo llega.

Ocúpate de no perder tu tiempo y mente ahora,
procúrate disfrutar la invitación que te ha traído hasta aquí y respira.

Arte de Melanie Weidner, Deep Breath

Ser feliz, depende de tí!

feliz

En cierta ocasión. durante una elegante recepción de bienvenida al nuevo director de marketing de una compañía londinense, algunas de las esposas de los otros directores, que querían conocer a la esposa del festejado, le preguntaron con cierto morbo: ¿Te hace feliz tu esposo, verdaderamente te hace feliz?El esposo, quien no estaba en ese momento a su lado, pero sí lo suficientemente cerca para escuchar la pregunta, prestó atención a la conversación e incorporó ligeramente su postura, en señal de seguridad y hasta hinchó un poco el pecho, orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí, ya que ella jamás se había quejado durante su matrimonio.

Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un rotundo: No, no me hace feliz.

En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes hubieran escuchado la respuesta de la mujer. El marido estaba petrificado. No podía dar crédito a lo que su esposa decía, y menos en un momento tan importante para él.

Ante el asombro del marido y de todos, ella simplemente se acomodó enigmáticamente sobre su cabeza su elegante chalina de seda negra y continuó:
No, él no me hace feliz… Yo soy feliz! El hecho de que yo sea feliz o no, no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de otra persona, de otra cosa o circunstancia sobre la faz de la tierra, estaría en serios problemas.

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