“Pocos deseos hacen feliz a una persona”
La ciudad de Lo-Yang había quedado totalmente destruida, su emperador estaba desolado…
Emperador: ¿Por qué me ha sucedido esto, por qué he venido aquí? ¿De dónde provengo? ¿ Por qué ha desaparecido mi familia? ¿Por qué soy emperador de China?
Sabio: Estas preguntas no tienen ningún sentido. Estás ahí y eso es todo. Eres emperador. ¿Qué vas a hacer, quedarte ahí lloriqueando y sorbiendo por la nariz? Eso no te lleva a ninguna parte. Estás ahí porque estás ahí y debes aprender a manejar la situación lo mejor posible. ¡DEJA DE DARTE EXCUSAS!
El emperador se sentía herido y mortificado…
Sabio: La mayoría de las personas son como niños pequeños, no se preguntan ni de dónde vienen ni a dónde van; sólo se preocupan de andar, de comer, de vivir experiencias. Algunos individuos llegan al umbral del pensamiento y comienzan a plantearse problemas. Algunos encuentran la religión, otros a maestros que les dan respuestas y finalmente están los que, como tú, quieren saber más, conocer todos los detalles. Yo podría darte mil explicaciones, deslumbrarte de tal forma que no podrías soportar tu propia luz.