Comentario escrito en el blog de Hada Saltarina
He aprendido a meditar, casi sin quererlo. Las circunstancia me llevaron a hacerlo, las mágicas y merecidas circunstancias que me empujaron a las bendiciones que por mi esperaban y que aguardan por todo el que desee tomarlas.
Salir del hipnótico bullicio para encontrar aquel sabio silencio, aquel que habla con humilde e inequívoca verdad. Que otorga paz, armonía, alegría y templanza para manifestar parte de nuestra divina condición, para dar pasos con poder y convicción y hacer de nuestro trayecto el propio intento. Aquel silencio que nos permite escuchar y comprender nuestra particular individualidad, tomar consciencia de nuestro potencial y así Uno participar del Todo, con mayor plenitud.
Cuando se ha probado algo del exquisito sabor de nuestra divina presencia, se hace imprescindible cuidar de nuestro estado de consciencia y la meditación es el vehículo que nos transporta a donde se desvanecen los espejismos y nos sinceramos con la existencia.
El querer es poder y así podemos procurarnos estados meditativos con la frecuencia que deseemos, entregándonos por completo a lo que hacemos, ocupándonos del momento presente, el que nos requiere y en donde nos es posible manifestar todo nuestro poder (potencial para hacer). No hay más tiempo que el aquí y ahora, ni responsabilidad por juzgar que la personal. No hay mejor manera de hacer que no sea amando.
si no soy YO ¿quién? si no es AHORA ¿cuándo? si no es AMANDO ¿cómo? / YO AHORA AMANDO